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TERROR

La monja asesina miedo1

La monja asesina
Esta historia ha pasado de mi abuela a mi madre, y de mi madre a mí. Hace años estaba una niña sola en casa con su hermano, sus padres habían salido. Los hermanos pusieron la radio y escucharon que una monja loca se había escapado del manicomio. Los niños, muertos de miedo, cerraron la puerta de la calle para que no pudiera entrar nadie, pero se olvidaron de la puerta trasera, y comenzaron a oír ruidos. Sabían perfectamente que la monja había conseguido entrar en su casa, por lo que la niña mandó a su hermano pequeño que se escondiera debajo de la cama mientras ella se escondía en un armario. La monja encontró a su hermano y no dudó en matarlo. Siguió buscando por toda la casa, pero no consiguió encontrarla. Sus padres llegaron y la monja se fue en cuanto se dio cuenta. La niña, al salir del armario, vio que le había dejado una nota en su cama, diciendo: “Por haber dejado solo a tu hermano he tenido que matarlo. Has sido una egoísta, realmente te quería a ti. La niña quedó tan traumatizada que se fue a vivir con su tía. Actualmente vive en una casa del pueblo medio abandonada, y se ha vuelto loca por el cargo de conciencia. Solo sale de casa las noches de luna llena para buscar venganza.

La abuela no te abandona
Esto me ocurrió de verdad hace un año y a día de hoy aún me sigue pasando. El día 17 de octubre mi familia y yo estábamos durmiendo, yo me desperté sobresaltada y vi cómo una mujer se tumbaba a dormir a mi lado. Fui corriendo al baño a lavarme la cara para quitarme el susto y volví a la cama. A las 7 de la mañana sonó el teléfono, nos comunicaron que mi abuela había muerto durante esa noche mientras dormía en la cama. Desde entonces, cada noche me despierto de madrugada, a horas diferentes, y la siento tumbada conmigo, espalda con espalda, pero no me atrevo a darme la vuelta y mirar.

La casa encantada
Vivo en una casa en cuyo terreno, anteriormente, había construida una iglesia. Cuando la compramos les dijeron a mis padres que era un sitio con mucha paz y tranquilidad, pero nunca les llegaron a revelar el secreto. Cuando nos mudamos, todos los días oíamos a las 20.00 unas campanas que venían como de dentro de las paredes, y no dudamos en ir a hablar con nuestros vecinos. Abajo no vivía nadie, ya que el piso estaba en venta, por lo que fuimos a ver si los del tercero nos daban una explicación. Allí vivía una mujer muy vieja que, aunque al principio no quería abrirnos la puerta, al final accedió. Nos contó la verdadera historia. Hace 150 años había una iglesia allí, era el lugar de congreción del barrio los domingos, Un día irrumpió en la iglesia un hombre con una pistola y mató a todos sus asistentes. Entonces decidieron destruirla por considerarla no sagrada. El suceso ocurrió a las 20.00 h, por eso siempre oímos las campanas a esa hora. Aparte de las campanas hay unas corrientes de aire frío increíbles y un día comenzamos a ver una luz que subía del suelo al techo con gran veocidad. Mis amigas se niegan a visitar mi casa y yo muchas veces me despierto sobresaltada en la madrugada porque alguien me sopla la nuca.

Noche terrorífica
Un día estaba sola en casa con mi hermana pequeña y le puse una peli de dibujos. Empecé a verla con ella por no aburrirme y cuando terminó me subí a acostar a mi habitación. Cuando estaba a punto de dormirme la puerta se cerró de un portazo y me despertó. No me asusté porque tenía la ventana abierta y pensaba que había sido la corriente. La volví a abrir y me metí en la cama. A los dos minutos volvió a suceder, otro portazo me metió un susto de muerte. Me volví a leventar y al abrir la puerta vi una niña con la cara negra, ¡casi se me sale el corazón! Fui corriendo a la habitación de mi hermana a ver si era ella la que me estaba gastando una broma, ¡pero estaba dormida! Decidí volver a mi habitación a dormirme para que pasara pronto la noche y, cuando entré de nuevo en mi cuarto, la cama estaba hecha y no deshecha como cuando yo había salido de ella.

¿Noche de amigas?
El año pasado me ocurrió algo alucinante que nunca olvidaré. Llevaba dos semanas planeando con mis amigas lo que sería una noche genial, nos reuniríamos todas en casa de una de ellas para pasar toda la noche viendo pelis de miedo, ¡estábamos superemocionadas! Llegó el día y quedamos todas en una casa para hacer el plan previsto. Vimos tres pelis de miedo seguidas y, a las 4 de la mañana paramos porque ya no podíamos más. Todas estábamos cagadas de miedo, por lo que decidimos sentarnos en el suelo a hablar sobre lo que habíamos visto. De repente se fue la luz y una de mis amigas comenzó a sentir que le dolía mucho el brazo. Cuando encendimos la luz vimos que tenía un símbolo rarísimo arañado en la muñeca. Mis amigas querían apagar la luz de nuevo, pero yo tuve tanto pánico que salí corriendo de la casa hacia la mía. Nunca más volví a ver a la amiga del arañazo en el brazo, y mis otras amigas nunca me han querido contar qué ocurrió cuando yo me fui, dicen que tienen prohibido contarlo porque las consecuencias serían fatales.

¿Quién te da la mano?
Estaba en casa a punto de dormirme en la habitación con mi hermana. Normalmente dormimos en camas separadas, y esa noche por una extraña razón yo tenía mucho miedo. Le dije a mi hermana que si nos dábamos la mano y dormíamos con ella dada para quedarme más tranquila y ella accedió. Al día siguiente vino mi madre a despertarnos y le dijimos que habíamos dormido con la mano dada. Mi madre se quedó extrañada mirándonos tumbadas en la cama y dijo, ¡pero si no llegáis a tocaros desde vuestras camas! Intentamos hacer el getso de nuevo y vimos que no llegábamos a rozarnos. Aún no sabemos a quién estuvimos dándole la mano toda la noche.

¿Quién llama a la puerta?
El otro día estaba sola en casa, eran las 22:00 h y llamaron a la puerta. Me asusté mucho, pero pensé que quizá sería un vecino. Fui a la entrada y abrí, ¡y no había nadie! Pensé que podía ser una broma de alguien, por lo que volví al sofá tranquilamente. Al rato volvieron a llamar, me empecé a poner nerviosa. Esta vez decidí mirar por la mirilla antes de abrir la puerta, ¡y ví una sombra! Pensé que habría alguien al otro lado de la puerta por lo que volví a abrir, ¡pero no había nadie! Comencé a temblar de miedo, llamé a mis padres al móvil pero no lo cogieron, así que decidí tumbarme a intentar dormirme. A los 10 minutos volvieron a llamar, esta vez abrí la puerta y salí corriendo a casa de mi vecina de abajo. Cuando volvimos a mi casa había una nota que ponía: Cuando llamen a la puerta no mires sólo hacia delante, mira también hacia atrás. Desde entonces no vuelvo a quedarme sola, ¡sólo de pensar la situación que viví me pongo a temblar!

La máscara
Una noche mis padres se iban a cenar con unos amigos. Yo estaba deseando quedarme sola en casa para subir al ático, ¡nunca me dejaban! En cuánto se fueron me subí y estuve un buen rato viendo todos los objetos antiguos de mi abuela. Encontré una máscara verde preciosa y decidí bajármela al salón. Me puse la máscara para hacer el tonto un rato y de repente comenzó a apretarme la cara un montón, ¡me estaba haciendo muchísimo daño! No pude evitar ponerme a llorar y mi vecina, al escucharme, vino corriendo a mi casa. En ese momento pude deshacerme de la máscara pero me ha dejado una cicatriz en la mejilla para siempre.

La historia del campamento
Este verano estuve en un campamento durante medio mes. La penúltima noche los monitores organizaron la noche del terror, ¡estaba muerta de miedo! Mi monitora se metió en nuestra tienda de campaña y nos contó una historia real: Hay un hombre, que murió en un incendio en la caseta del monte donde se encontraba el campamento y que, todos los años aparecía durante esa noche para que de alguna manera para que nadie se olvidara de su historia. Yo no me lo creí mucho pero, cuando ya nos fuimos a dormir, me costó mogollón conciliar el sueño. Cuando ya estaba todo en silencio ví la sombra de un hombre fuera de nuestra tienda de campaña. Me asusté mogollón y llamé a mi mejor amiga. No vimos nada pero, al dormirme, soñé con el hombre, me decía que el próximo año sería yo la elegida para ver su presencia. Desde entonces sueño con él cada noche, y mis padres quieren que vuelva al campamento pero yo no quiero hacerlo por nada del mundo, ¡sé que quiere algo de mi!

La fecha de tu muerte
El otro día estaba navegando por internet cuando encontré una página web que calculaba el día y la causa de tu muerte. Yo estaba un poco cagada, pero decidí meter mis datos, ¡la curiosidad me ganó!Pensé que me daría una fecha muy lejana pero cuando ví el resultado me quedé de piedra. La página web me dijo que moriré en enero del 2013 atropellada por un coche, ¡estoy muerta de miedo! Desde entonces miro mil veces antes de cruzar y no puedo dormir bien pensando que me queda 1 año de vida. ¡No tendría que haberme metido allí!

El espejo del baño
Hace unos días estaba en clase y tenía muchísimas ganas de ir al baño, por lo que pedí permiso a la profe y me dejó ir. Los pasillos de mi colegio dan muchísimo miedo cuando están vacíos porque son muy largos y no tienen mucha iluminación. Cuando iba andando hacia el baño notaba que alguien me seguía, ¡oía pisadas! Me di la vuelta pero no había nadie, así que seguí andando hacia el baño. Cuando llegué al baño y terminé de hacer pis, me lavé las manos en el lavabo y, como hacía mogollón de calor, también me lavé la cara. Cuando levanté la vista ví claramente una sombra de una persona que estaba detrás de mi, ¡casi me muero del susto! Eché a correr hacia mi clase y se lo conté a mi mejor amiga. Ella, que es la hija del director, me dijo que su padre le había contando que hace muchos años allí murió una niña de forma repentina y que se rumoreaba que su espíritu seguía en el centro. Desde entonces no piso ese baño y me niego a ir sola a cualquier otro, ¡me da muchísimo miedo!

La chica nueva de clase
El primer día de clase conocí a una chica que venía por primera vez a mi colegio. Me acerqué a ella para hablar, ya que estaba sola, e invitarla a que se sentara con nosotras. La chica era muy callada, no hablaba casi, pero yo pensaba que todo era por los nervios del primer día. Al salir del cole me dijo que si me importaba acompañarla a casa, ya que no sabía orientarse muy bien desde donde estábamos. A mi no me importó, y la acompañé hasta la puerta. Al llegar allí me dijo que si quería subir a su casa, y yo accedí, pensaba llamar a mis padres para que vinieran a recogerme y no tener que irme sola a casa. Cuando subí a su casa me quedé alucinada. Tenía toda la casa a oscuras, llena de velas y hacía un frío de muerte. Me dijo que sus padres habían fallecido y que desde entonces le gustaba ambientar así su casa para tener contacto con ellos. A mi me estaba entrando el miedo, pero intenté disimularlo. Me dejó en el comedor mientras ella iba al baño, y comencé a ver sombras pasar de un lado al otro. Fui a la puerta del baño a llamarla y no me contestaba. Al cabo de un rato decidí abrir la puerta y… ¡dentro del baño no había nadie! Cogí mi mochila y salí corriendo de alli a esperar a mi padre en la calle. Nunca más la volví a ver en clase, ¡no sé qué pasó con ella pero aun tiemblo al pensarlo!

El columpio misterioso
Os voy a contar una historia que me ocurrió con unos amigos. Yo estaba con mi mejor amiga y quedamos por la noche con dos amigos en el parque. Yo me puse a hablar con uno de los chicos mientras mi amiga estaba sentada en el banco de al lado hablando con el otro. De repente, vimos cómo el columpio comenzaba a moverse solo, ¡se balanceaba sin parar! Los cuatro fuimos hacia el columpio para intentar pararlo, ¡pero al momento comenzó a balancearse solo! Nos entró mogollón de miedo y corrimos hacia mi casa. Pensamos un rato lo sucedido y decidimos volver al parque para ver qué pasaba con el columpio. Cuando llegamos estaba en el suelo, y había gotas de sangre alrededor, ¡no he vuelto a ese parque nunca más!

El hombre sospechoso
Hace un par de meses estaba a la salida del cole con mi mejor amiga, nuestras madres habían venido a buscarnos y estaban hablando entre ellas. En el camino hacia nuestras casas, nuestras madres iban delante y nosotras unos metros detrás hablando de nuestras cosas y haciendo el tonto. De repente, en las escaleras de entrada a un supermercado, se nos acercó un hombre con unas pintas muy raras, nos dijo que estaba herido y que le dieramos la mano para bajar la escalera. Nosotras nos miramos sin saber qué hacer y yo, eché a correr hacia nuestras madres sin pensarlo. Mi amiga me siguió y, cuando llegamos cerca de nuestras madres miramos hacia atrás ¡y el hombre venía detrás de nosotras corriendo! En realidad no estaba herido ni nada, ¡no sabemos por qué quería que le diéramos la mano! Nos asustamos mogollón y cuando vio que se lo decíamos a nuestras madres desapareció, ¡aún nos asustamos al recordarlo!

¿Quién está contigo?
Esto me pasó hace tiempo. Estaba en mi habitación escuchando música cuando de repente se cerró la puerta. No me asusté demasiado pero cuando se cerraron las persianas de golpe, me empecé a poner muy nerviosa. Me levanté a abrir la puerta pero no pude, ¡estaba atascada! No me podía ni mover del miedo y, de repente, escuché una voz: ‘No lo intentes querida, ya he visto que no te gusta la oscuridad, pero a partir de ahora te va a gustar¨, ¡y sentí que me arañaron en la cara! Justo en ese momento se levantaron las persianas y vi una mancha negra en el suelo. Comencé a gritar sin parar y vino mi madre para ver qué me ocurría. Yo no daba crédito a lo que estaba sucediendo, la mancha negra había desaparecido y mi madre por más que miraba no veía el arañazo que tenía. No me atrevo a contárselo a nadie más porque todas las noches una voz me amenaza: ‘Si lo cuentas a alguien, te despedirás de este mundo’, ¡es una auténtica pesadilla!

El hombre de la furgoneta
Esto me ocurrió hace unos meses con mi mejor amiga. Me quedé toda la tarde en su casa para acabar un trabajo y, cuando lo terminamos, salimos a comprar chucherías y despejarnos un rato. Nada más bajar de su casa, antes de llegar a la tienda, nos paró un hombre que se bajó de una furgoneta blanca. Nos preguntó si sabíamos donde podía haber una calle en la que no pasara nadie, ¡y nos quedamos alucinadas! Nos dijo que si queríamos subiéramos a su furgoneta para ayudarle a buscarla, ¡mi amiga y yo nos cagamos de miedo! Echamos a correr hacia la casa de mi amiga, ¡nos estaba persiguiendo! Cuando vio que mi amiga llamaba al timbre y que su madre nos abría la puerta se fue. Subimos llorando y yo tuve que llamar a mis padres para que vinieran a recogerme, ¡no me atrevía a salir sola de nuevo! Desde ese día no nos atrevemos a salir solas a la calle, estamos traumatizadas.

La guardería abandonada
Esto que os voy a contar me ocurrió junto a mis primos, ¡es totalmente cierto! Resulta que cerca de mi casa hay una guardería a la que yo iba de pequeña. Cuando mi hermano pequeño comenzó a ir y yo ya estaba en el colegio, otros niños que también habían ido a esa guardería me contaron que hace muchos años un loco entró en las clases por la mañana y mató a todos los niños y profesores que había dentro. Yo no me lo creí pero como ahora esa guardería está abandonada, un día que vinieron mis primos a mi casa les propuse colarnos dentro a ver qué había. Después de cenar entramos dentro con linternas y comenzamos a investigar el interior. De repente mi primo vio unas gotas de sangre seca en el suelo y decidimos seguirlas. Llegamos a una habitación, a abrimos, ¡y estaba llena de cadáveres de bebés, niños y profesores! Nos fuimos corriendo y no volvimos nunca más, ¡tengo pesadillas con ello cada noche desde entonces!

Llamadas secretas
Esto que voy a contar me lleva pasando desde hace dos meses, ¡y fue una auténtica pesadilla! Yo duermo todas las noches con el móvil en la mesilla para despertarme con la alarma, pues bien, esa noche a las 4 de la mañana sonó mi teléfono, ¡me estaban llamando con número oculto! Lo cogí medio dormida, al principio no decían nada, después sólo respiraban fuerte y más tarde me dijeron que no colgara, que yo era la elegida, que sería su próxima víctima y que era inútil intentar evitarlo. Al día siguiente me desperté muerta de miedo, ¡pero pensé que quizá todo había sido una broma! Al salir de casa para ir a instituto se apagaron las luces de mi portal, ¡era imposible volver a encenderlas! Salí corriendo a clase, pero llegué tarde. Mientras estaba llamando a la puerta se apagaron todas las luces del pasillo de mi instituto, ¡qué miedo! Cuando abrí la clase no había nadie dentro, ¡se habían ido de excursión y yo no me acordaba! Tuve que volver a pasa y esperar sla toda la mañana a que vinieran mis padres. Llamaron a la puerta pero fui incapaz de levantarme a abrir y, aunque me han vuelto a llamar por la noche, nunca más he vuelto a cogerlo, pero sigo pasando miedo cada día por saber quién sera el que me llama y qué querrá de mi. ¡Esta pesadilla no acaba nunca!

No te mires en el espejo
Era fin de semana, mi mejor amiga iba a venir a casa a dormir para hacerme compañía porque nuestros padres se habían ido juntos de viaje. Como Thalia no llegaba decidí hacer algo para entretenerme. De repente, se me paso una cosa por la cabeza que al principio me inquietó, pero al final la decidí hacer ¡bajar al desván! Yo nunca queria ir allí porque me daba muchísimo miedo, pero me armé de valor y empecé a bajar los escalones. Parecía como si nunca hubiera entrado alguien, estaba muy desordenado y sucio. De repente, vi algo que brillaba bajo un trozo de tela viejo, la curiosidad hizo que descubriera lo que se escondía debajo de la tela ¡era un pequeño espejo de color rojo brillante! Observándolo, vi que tenía algo detrás, había un trozo de papel. Le di la vuelta para leerlo pero sonó el timbre y tuve que subir a abrir, era mi amiga Thalía. Cuando entró la noté triste o asustada, me di cuenta de que le asomaba una lágrima y le pregunte qué era lo que le pasaba. Ella respondió que vio como yo me miraba en un espejo rojo y que cuando lo volvi a dejar a su sitio ¡ponía la fecha de mi muerte! Muerta de miedo, le conté todo lo ocurrido y decidimos bajar al desván. El espejo seguía en el suelo, lo recogí y vi que en el papel estaba escrito 14/4/12, era justo la fecha de mañana. Aterrorizadas, tiramos el espejo y salimos corriendo. Al día siguiente, ya más tranquilas, decidimos arreglarnos para salir a dar una vuelta, estábamos enfrente del espejo maquillándonos cuando, de pronto, aparecieron en el espejo nuestros nombres y la fecha 14/4/12 ¡era hoy! Gritamos e intentamos salir corriendo pero la puerta estaba cerrada. Dos días más tarde, mis padres volvieron a casa y al entrar en el baño vieron nuestros cadáveres tirados en el suelo con la fecha 14/4/12 marcada en nuestra frente. Desde entonces nuestras almas andan por las calles en busca de otras almas, no te mires en el espejo sino quieres que tu fecha de muerte aparezca hoy a las 22:00 en tu espejo.

El parque abandonado
En mi pueblo hay un parque que se encuentra a las afueras y que está completamente abandonado. Hace unos 5 meses, en una reunión de mi familia, mi hermana, mi prima, mi primo y yo, fuimos a dar un paseo por el pueblo. Pensamos que podíamos ir al parque a contarnos historias de terror. Ya estaba todo muy oscuro y contamos muchísimas historias, hasta que mi primo contó una de ese parque, que trataba de espíritus. En ese momento, las farolas se apagaron, y se podía oír perfectamente como unas voces nos decían que nos fuéramos de allí. Salimos corriendo para mi casa, y se los contamos a nuestros padres, pero no nos creyeron. A los pocos días empezaron a aparecer noticias de gente que había muerto en ese parque. Desde entonces no paso por allí.

La anciana
Esto nos pasó de verdad. Un dia me iba a quedar en casa de mi mejor amiga y habíamos ido a dar una vuelta por la zona. Eran sobre las 10 o 10 y media de la noche, por lo que ya estaba muy oscuro. En fin, que íbamos tan tranquilas hablando de nuestras cosas y de repente entramos en una calle de la urbanización de mi amiga y miré hacia una ventana. Allí estaba una anciana de pelo blanco sujetando la cortina y mirándome fijamente. Le pregunté ami amiga si veia lo mismo que yo y dijo que si, al principio pensamos que eran como en las películas y nos resultó divertido, pero al dia siguiente se lo contamos a una amiga de la urbanización y nos dijo que cuando ella era pequeña una anciana que vivía allí murió en extrañas circunstancias y que desde entonces nadie quiere comprar el chalet porque se oyen cosas raras. Desde entonces, nos hemos vuelto a pasar por esa calle.

El reflejo
El otro día me quedé a dormir en casa de mi prima,y después de cenar todos se acostaron menos yo, porque no tenía sueño. Como me daba miedo estar sola, decidí recorrer la casa entera para asegurarme de que no había nadie extraño en la casa. Todo estaba normal y decidí ir al cuarto de mi prima a acostarme, pero al pasar por delante del espejo vi que se reflejaba otra imagen además de la mía, y luego noté una pequeña brisa en mi oído. Un escalofrío me recorrió el cuerpo y claro, muerta de miedo me metí corriendo en la cama. Chicas, os recomendaría que no deambuléis solas y a oscuras, porque yo pasé un miedo terrible. Desde entonces no he vuelto a casa de mi prima.

Los vestuarios
Esto me pasó hace unas semanas. Yo estaba en clase de Educación Física cuando dos amigas y yo fuimos al baño. Empezamos a oír ruidos y vimos una sombra. Nos escondimos en las duchas del vestuario y… ¡una de las ducha se encendió sola! Salimos corriendo como locas y llegamos a las taquillas del vestuario, entonces, una papelera se cayó sola y empezó a rodar hacia delante y hacia detrás… Salimos corriendo y desde entonces no hemos vuelto a ir a los vestuarios sino es con toda la clase.

Ruidos raros
Mis amigos y yo nos íbamos a quedar en casa de una de ellas a dormir, ya que sus padres se iban de viaje. Estábamos viendo una peli con el pijama puesto, cuando de repente escuchamos un ruido que venía de la cocina. La casa es bastante grande y estaba oscura, entonces decidimos ir todas juntas. Una vez allí no vimos nada, y decidimos volver abajo pensando que solo había sido del aire. Pero a la media hora, otra vez escuchamos un ruido, esta vez procedía de la habitación de arriba. Subimos y una vez en la habitación, la puerta se cerró. Todas estábamos asustadas y gritando, pero como no ocurría nada, pasada una media hora nos quedamos dormidas y a la mañana siguiente nos despertamos con la luz del sol. Todo había sido un susto, pero…¿había alguien allí?

Sola en casa
Eran las fiestas de mi pueblo, todas mis amigas se habían ido ya a dormir y mis padres estaban con sus amigos, por lo que decidí que ya era hora de irse a casa. Cuando llegué, me cambié y me acosté, pero entonces oí pasos en la bodega. ¿Quién podía ser? Me encaminé hacia allí, pensando si había cerrado bien el candado de la bodega. Miré y sí estaba cerrada, tal y como yo la había dejado, entonces… ¿cómo habían entrado? Me fui a la cama de nuevo pensando que todo eran imaginaciones mías, pero después de un rato escuché como la radio se encendía sola. Bajé para comprobar y en efecto, ¡se había encendido sola! Subí, me cambié a prisas y fui corriendo hasta donde estaban mis padres para no quedarme sola allí. Desde entonces no he vuelto a entrar sola en esa casa.

Un vídeo de miedo
Hace unos meses estaba en casa de una amiga y nos pusimosa ver en youtube videos de mucho miedo . Después, decidimos quedarnos a hablar en una habitación que era muy pequeña. Cuando ellas se sentaron en la cama yo cerré la puerta y me aseguré de que estaba bien cerrada. ¡Estábamos un poco asustadas! A los cinco minutos de cerrar la puerta se abrió sola y de pronto  la luz empezó a parpadear. Aunque nos asustamos un montón seguimos hablando como si nada. Un rato después, una de mis amigas se levantó a cerrar la persiana y de repente ¡se cerró sola! Pero eso no fue todo porque la luz se apagó y nos quedamos a oscuras. Salimos corriendo y chillando de la casa. No creo que volvamos a ver videos de miedo.

Expulsada de su casa
Hay gente que me creerá, otra que no. Una noche, mientras dormía me llamaron. Me dijeron que como no huyera de ese pueblo algo malo me iba a pasar. A la mañana siguiente creí que era sólo un sueño pero volvió a pasar, esta vez por la tarde, mientras yo veía tranquilamente la tele. Me llamaron y me dijeron: -¿En serio te lo estás tomando a broma o crees que tienes todo el tiempo del mundo? Yo les contesté, nerviosa: -No,no, claro. Creía que había sido un sueño. Me dijeron que me demostrarían que no era mentira. Cuando andaba por la calle, un hombre con pintas de macarra, me miró fijamente a los ojos, y me dijo: -Vete de aquí o te pasará algo muy malo. Convencí a mis padres, contándoselo todo, y hoy vivo en otra ciudad. Hace unas semanas volví para visitar a mis abuelos y fui a ver mi antigua casa. Entré y los nuevos habitantes y me dijeron de forma muy agresiva: -¡VETE AHORA MISMO DE AQUÍ! No pienso volver nunca más. ¿Por qué me tenía que ir? ¿Qué me hubiera pasado si me hubiese quedado? Hoy sigo preguntándomelo.

Paseos nocturnos
Un día, a las 12 de la noche estaba lloviendo. Yo me fuí a dar una vuelta con mi perro porque tenía miedo de estar sola en casa porque mis padres estaban de viaje. Cuando estaba cerca del cementerio vi a una persona vestida de negro con una capucha y sin paraguas ¡con la que estaba cayendo! Yo me acerqué para decirle si quería que le acompañase a su casa con mi paraguas, pero de repente apareció una niebla y yo no podía ver nada. Unos segundos después la niebla desapareció y solo ¡había un gato negro! Yo me fuí a casa corriendo con mi perrito que se quedó callado y muy asustado. Desde entonces no vuelvo a dar una vuelta por la noche sola.

Verónica
Os voy a contar una cosa super rara que me pasó en mi insti. Mis amigos me contaron que en el baño de la planta subterránea una chica llamada Verónica se había quitado la vida años antes. Además nos contaron que si vas a ese baño y y repites su nombre varias veces mirando al espejo ella se aparece y pasan cosas horribles. Yo no me lo creí pero como soy muy curiosa bajé a ese baño y lo primero que me sorprendió fue el mal olor y lo oscuro que estaba. Me fuí corriendo de allí porque me dio muy mal rollo y se lo conté a mis amigas. Ellas querían bajar a ver qué pasaba y volvimos al día siguiente. Seguía oliendo fatal pero nos pusimos delante del espejo y dijimos el nombre cuatro veces. De repente se cerró la puerta, se apagó la luz y empezamos a escuchar susurros y ruidos raros. Nos asustamos un montón y empezamos a chillar. De lo nerviosa que estaba no era capaz de abrir la puerta hasta que al final se abrió y allí nos encontramos a nuestros compañeros riendo. Todo parecía una broma pero ¿qué eran esos ruidos y ese olor?

Hermana desaparecida
Estaba en mi casa y me quedé sóla con mi hermana. Por la tarde, llegó la hora de merendar  y le dije a Marta (mi hermana) que si venía a merendar. Ella se quedó con los ojos en blanco y sacando la lengua con sangre de un diente que se le había caído. Negó con la cabeza. Luego se tiró rodando por el suelo y yo, preocupándome, llamé a mi madre pero tenía el móvil fuera de cobertura. La intenté buscar y encontrar pero ¡nada! Había saltado la valla. Cuando vinieron mis padres, les dije que había desaparecido y se asustaron. Llegó la noche y no podía dormir. Estaba acostada en mi cama escuchando ruidos que muy bajito me decían: Tuuuuu… me mataste….. Desde entonces no he vuelto a dormir

El pupitre maldito
El otro día estaba en clase y de repente me entraron muchas ganas de ir al baño,  le pregunte a la profe que si podia ir y salí.  Los pasillos de mi insti son muy oscuros, cuando íba hacia el baño, a cada paso, se oían otros pasos más atrás. Me giré para ver que era pero no había nadie, seguí mi camino con un poco de miedo, cuando llegué al baño, fuí al WC, al acabar abrí la puerta y como tenía mi brillito de labios encima, me miré en el espejo para ponerme un poco, pero el espejo no me reflejaba. Una niña con un camisón blanco, con el pelo enfrente de la cara, y más o menos de mi edad me miraba desde el otro lado del cristal. ¡Me quede pálida de miedo! Salí de allí corriendo, y cuando llegué a clase por una notita se lo conté todo a mi bestfriend, y me dijo: “Sí, es verdad tía, no puedo creer que tú la hayas visto”. Le dije: “¿Cómo?”, y me dijo “A la niña, tienes razón. El director me contó que aquí, hace bastantes años, murió una niña y se sentaba en tu pupitre”, no le contesté directamente solo me quede de piedra, a partir de ahora cuando tengo ganas de ir al baño, me aguanto.

Pata de palo
Vivo al lado de un lago precioso. Todas las noches a las tres de la madrugada escucho el mismo ruido de siempre, el ruido de una pata de palo. A la mañana siguiente le cuento a mi madre lo que ocurre cuando ella está trabajando. Mi madre dice que puede que lo haya soñado a si que no se lo cree. Cuando llega la noche temo que aquel fantasma me haga algo, pero casi siempre pasea por el mismo sitio, el sótano. Por la mañana, fui al sótano pero no encontré nada así que me marché arriba. Cuando llegó la noche fue a visitarme a mi habitación y me dijo que no volviera a ir donde el descansaba, me asusté tanto que llamé a la policía y le expliqué todo lo ocurrido. Aquella misma noche llamaron a unos excavadores para que excavaran en el sótano. Allí encontraron el esqueleto de un pirata muy buscado y muy peligroso. Desde aquel día ya no volvió a manifestarse.

La mujer del pasillo
Una noche de Halloween, por hacer algo de miedo, jugamos a la Ouija, cosa de la que siempre me arrepentiré. La noche era fría, en el ambiente se notaba un aroma extraño, no sé definirlo con palabras. Unos amigos y yo buscamos una vieja Ouija que mi familia siempre ha tenido guardada Era de mi bisabuela, la cual había muerto cuando yo aún no había nacido, y siempre había querido conocerla. Mis amigos hacían eso por diversión, yo por un fin, ya que quería hablar con mi bisabuela. La sesión comenzó, entre risas mis amigos bromeaban, yo estaba muy seria, concentrada, pero ellos no lo notaron, hasta que cayó un rayo que iluminó toda la habitación oscura, seguido de un trueno, que estremeció hasta el último de mis huesos. Asustados por el rayo, mis amigos, se quedaron en silencio, como yo, concentrándose, de repente, el puntero de la Ouija comenzó a moverse. Preguntamos quién era, pero no respondió. El puntero se movía sin cesar de un lado para otro, sin formar palabras. Al final paró, y lentamente, formó las siguientes palabras: “Estoy yendo a por vosotros”. Era una mujer, que estaba en el pasillo y gritaba por entrar a mi habitación. El cerrojo estaba echado, no podía entrar, pero parecía que iba a tirar la puerta abajo. La mujer gritaba desesperada, la puerta iba a caer, así que empujamos la cama para atrancarla. La mujer cada vez más desesperada, gritaba mi nombre. Yo tuve el impulso de abrir la puerta, pero me contuve, esos gritos eran desesperados. Entonces me di cuenta: Era mi bisabuela, algo me lo decía, aunque no podía explicar cómo lo sabía. Me lancé a abrir la puerta, quería verla, tenía que verla, pero mis amigos me agarraron. Los gritos cesaron, una de mis amigas, tuvo un ataque de nervios. Nos acercamos a consolarla, pero una voz grave y fuerte salió de ella diciendo que no nos acercáramos. Nos quedamos de piedra. La mujer del pasillo comenzó a gritar de nuevo: “¡Os lo advertí, y no me hicisteis caso, ahora moriréis!”. Mi amiga comenzó a moverse de un lado a otro, diciendo que nos mataría. Intentamos abrir la puerta pero no pudimos. Los gritos volvieron a cesar, conseguimos abrir la puerta, yo salí primero, pero se cerró detrás de mí. Oí los gritos aterrorizados de mis amigos, histéricos, pidiendo socorro, dando patadas a la puerta para abrirla. Escribo mi historia, cuarenta y cinco años después de que ocurriera, pues acabo de salir de la cárcel, culpada por el asesinato de mis amigos, los cuales encontré muertos cuando conseguí abrir la puerta de mi habitación.

Fiesta con invitada sopresa
Hace poco celebramos en mi campo el cumple de mi tía. Hubo música, comida y…¡tarta! Lo pasamos en grande, pero lo chungo llegó por la noche, cuando tuvimos que recoger las cosas, y fregar los platos. Todo el mundo estaba en la casa, pero yo estaba terminando de meter sillas y demás dentro. De repente escuché algo a lo lejos. Un escalofrío recorrio mi espalda y empezó a bajar la temperatura varios grados. Miré hacia atras, a ver si era alguna bromita de mis primos, pero no había nadie allí, y era imposible que hubiesen salido de la casa, porque la puerta chirría al abrirse y lo habría escuchado. Volví a darme la vuelta, mirando a unos columpios de un pequeño parque que construyó mi tia y entonces lavi: había una niña muy palida que no conocía. Solté todas las cosas y me metí en la casa a toda pastilla. Yo no me vuelvo a quedar sola en el campo por la noche…

La casa se derrumbó
Cinco chicos se reunieron en una vieja y solitaria casa abandonada en mitad de unas tierras para hacer espiritismo. Lo prepararon todo, comenzaron, y como en cada sesión,  uno de ellos, el portavoz, hizo la primera pregunta: “Si hay alguien que te moleste aquí, dinos quien es y se irá”.  El vaso indicó dos nombres de los chicos que estaban allí, así que que esos dos chicos se miraron sorprendidos y se despidieron de los otros tres, saliendo de la casa y volviendo al pueblo caminando. Cuando llevaban unos cien metros escucharon un ruido y se giraron: la casa caía derrumbándose sobre los tres chicos que se habían quedado en la sesión espiritista.

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